Una de las novedades que introdujo en su momento Windows 8 era el menú de inicio a pantalla completa.
Y, aunque este menú de inicio a pantalla completa no gustó mucho inicialmente, con el tiempo los usuarios se fueron adaptando y cogiéndole el punto.
El caso es que en Windows 10 Microsoft «reculó» en este sentido, devolviendo a los usuarios lo que tanto pedían: un menú de inicio más acorde al escritorio del PC, para pantallas grandes. Y ahora el menú de Windows 10 vuelve a ser (más o menos) como era antes, al menos en tamaño al ser desplegado.
Pero esto solo es una opción por defecto. Windows 10 tiene la capacidad de cambiar, de una forma muy sencilla, entre el menú de inicio «clásico» y el menú de inicio a pantalla completa con solo tocar una opción de la configuración.
En el siguiente vídeo lo vemos: