AVG es muy popular entre los usuarios por la versión gratuita de su antivirus (que también tiene una versión de pago). Pero en estos días ha entrado en la picota de la polémica…
Y es que AVG ha cambiado la política de privacidad de sus productos, de forma que ahora se permiten (o más bien el usuario les permite al aceptar esta política) la comercialización de parte de los datos que recopilan de nuestras máquinas al instalar y ejecutar su software.
Estos datos recopilados de nuestras máquinas, y que ahora podrían vender al mejor postor, son variados: el identificador de nuestro navegador, nuestro historial de búsquedas, el historial de navegación, información sobre nuestras máquinas y sobre el nivel de seguridad que tenemos en estas, información sobre cómo nos conectamos a Internet, las aplicaciones que tenemos instaladas… y la lista sigue.
Desde AVG se defienden diciendo que estos datos son anónimos, y que no permiten identificar a la persona física. Además, también dicen que, con la nueva política, solo dejan abierta la puerta a la posibilidad de vender estos datos, pero que no lo están haciendo.
Aunque, si han cambiado el texto de su política de privacidad y se han expuesto a esta publicidad negativa, tenemos que suponer que la idea de vender estos datos está más que cuajada y en perspectiva de llevarse a cabo.
En realidad, ¿le merece la pena a AVG, una empresa de seguridad, exponerse a esta mala publicidad? Veremos qué pasa, y si los usuarios toman nota, o acaban ignorando este cambio.