Uno de los puntos que más está flojeando, o que al menos está levantando más ampollas entre los usuarios de Windows 10, es el tema de la privacidad.
A diferencia de versiones anteriores, Windows 10 ha supuesto un gran salto en lo que respecta a transmisión y recolección de datos del usuario.
En realidad, Windows 10 parece funcionar, en parte con el hardware de nuestra máquina, en parte con los propios servidores de Microsoft, con los que siempre está intercambiando información nuestra (a veces anónima, pero otras veces no tanto).
Y los usuarios, recelosos en lo que respecta a su privacidad (como tiene que ser), no han hecho otra cosa que llevarse las manos a la cabeza y echar pestes sobre Windows 10, el menos, y principalmente, en lo que a la privacidad respecta.
Bien, pues la gente de Microsoft, concretamente Terry Myerson, que trabaja para la compañía, ha publicado un artículo en el blog oficial de Windows, donde viene a defender a Windows 10 en lo que a privacidad se refiere.
Terry dice que la privacidad de Windows 10 está diseñada teniendo en cuenta dos pilares fundamentales:
- La información que recopila Windows 10 está enfocada a que el producto funcione mejor.
- El usuario siempre puede elegir qué información desea compartir y qué información no desea compartir.
También aprovecha para acordarse de la competencia, comentando en el artículo que ellos, al menos, no recopilan información personal (correos, documentos, etc.) con el objetivo de ofrecer publicidad personalizada.
Incluso pone un ejemplo práctico y real de un problema que tuvo recientemente Windows 10 con un driver gráfico que, gracias a poder compartir y acceder a los datos de los PCs afectados, pudieron ofrecer una respuesta rápida y corrigieron los problemas de ese driver en concreto. Todo ello gracias a esos datos que se comparten.
Está claro que aquí cada uno defiende sus intereses, y en este caso Microsoft defiende la privacidad de Windows 10 incidiendo en que este trasiego de datos tiene lugar solo para beneficiar al usuario.
Pero, como nosotros somos algo más inteligentes que todo eso, creeremos parte de lo que nos dicen, y parte no. Sobre todo porque las grandes compañías diseñan sus productos para beneficiarse a si mismas, y si ello conlleva beneficiar al usuario en cierta medida, mantenerle “contento”, pues eso que nos llevamos.